sábado, 16 de mayo de 2009

El Evangelio San Juan 15,18


No es el siervo más que su amo
"Si el mundo os odia, sabed que antes que a vosotros me ha odiado a mí.Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por eso el mundo os odia.Acordaos de las palabras que os he dicho: no es el siervo más que su señor. Si me han perseguido a mí, también a vosotros os perseguirán. Si han guardado mi doctrina, también guardarán la vuestra.Pero os harán todas estas cosas a causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
Es Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Meditación del día
No es el siervo más que su amo
El mundo quiere a los que le demuestran su amor. Demostrar amor por el mundo es vivir y luchar por el mismo mundo, por tener lo mejor del mundo, por ser el mejor del mundo, y el mundo como es imperfecto quiere tu imperfección. No desea el mundo un hombre que viva para Dios, que no es de este mundo, sino que desea y quiere y ama a los hombres que dan goces en el mundo, que gozan del mundo en la imperfección del mundo. El mundo valora el poder y Dios valora la humildad: No se puede amar al mundo si amas a Dios. Él mundo quiere gozar y Dios quiere que des todo de ti para la paz, para la verdadera libertad que es ser de Dios en medio del mundo.
El mundo necesita de los que aman a Dios y viven para Dios, porque si nó no habría paz. Si hay una cierta paz en el mundo es porque hay personas que aman a Dios más que al mundo y por ese amor hay paz, porque el mundo no tiene paz, el mundo es el grito del “¡yo¡” de cada uno. Porque cada uno quiere que su yo viva bien, y eso es un mal para los demás, ese bien del mundo del yo. En cambio, Dios quiere que el “yo” de cada uno se vuelva un “Yo” en mayúsculas, un “Yo” del “yo” unido al “Yo” de Dios que vive en el “Nosotros” de la criatura y Creador unidos en el Plan de la Caridad, que es el plan perfecto de la paz y que es el verdadero medio de vida en el que el mundo puede vivir amando y prosperando, y no por el yo en el tú del hermano, sino por el yo en el Yo de Dios, que hace un Nosotros de los yos en el Yo de Dios que abarca a todo aquel que desea ser amado por Dios Uno y Trino y besado por la Madre de Dios, la Hija de Dios y la Esposa de Dios.

P. Jesús

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